
Cristiano Ronaldo celebra, una imagen que encapsula su impacto inagotable y su capacidad para liderar a Portugal a la victoria.
La noche del miércoles en el Allianz Arena de Múnich no fue una noche cualquiera; fue otra página gloriosa escrita en la epopeya de Cristiano Ronaldo, un futbolista que trasciende generaciones y estadísticas. Con un gol decisivo que selló el 2-1 a favor de Portugal contra Alemania, en las semifinales de la UEFA Nations League 2024/25, CR7 no solo llevó a su selección a la gran final, sino que reafirmó su estatus como una figura histórica inagotable del deporte rey.
El partido fue un reflejo de la resiliencia lusa. Portugal comenzó "picante", presionando alto y generando las primeras oportunidades. Cristiano mismo tuvo la chance de abrir el marcador temprano, exigiendo una gran atajada a Marc-André ter Stegen. Pero el fútbol, como la vida, tiene sus giros. Alemania se asentó y desató una ráfaga ofensiva que solo las intervenciones sobresalientes de Diogo Costa, una muralla bajo los tres palos, evitaron que se convirtiera en una ventaja germana.
---La Reacción y la Magia Lusa
La segunda mitad trajo el mazazo inicial. A los dos minutos, un brillante Florian Wirtz puso a Alemania por delante con un sutil cabezazo tras una jugada de pared. Parecía que el guion se escribía a favor de los anfitriones, pero esta selección lusa, liderada por su capitán eterno, demostró un temple admirable. Lejos de desmoronarse, absorbieron el golpe, tomaron el control del balón y fueron en busca del empate con una insistencia inquebrantable.
Y lo encontraron de una forma espectacular. Si bien Cristiano no pudo convertir de cabeza en un córner, Francisco Conceicao se inventó una verdadera obra de arte. Partiendo desde la izquierda, se deshizo de un rival, condujo en diagonal y, ante la salida del segundo defensor, sacó un disparo cruzado increíble que dejó sin opciones a Ter Stegen. Fue un gol que cambió el rumbo del partido, inyectando una confianza renovada en el equipo portugués.
---Cristiano: El Instinto Goleador que No Envejece
A partir de ese golazo, el dominio fue luso. Portugal no solo mantuvo la posesión, sino que asfixió a una Alemania que lucía impotente para arrebatarles el control. El equipo de Roberto Martínez olió la confusión en las filas alemanas y fue en busca del golpe definitivo. Y, como no podía ser de otra manera, llegó de la mano de su gran referente. Cristiano Ronaldo, jugando todo el partido como un "nueve" posicional, demostró que su instinto goleador sigue intacto y tan letal como siempre. Tras una buena jugada de Nuno Mendes por la izquierda, CR7, al límite del offside, empujó el balón al fondo de la red para el 2-1 definitivo.
Alemania nunca reaccionó. De hecho, si no fuera por la actuación estelar de Ter Stegen, la diferencia en el marcador habría sido aún mayor. La victoria de Portugal no es solo un paso gigante hacia el título de la Nations League; es una demostración vibrante de la capacidad de este equipo para reponerse ante la adversidad y, sobre todo, de cómo la presencia de un futbolista como Cristiano Ronaldo sigue siendo el factor determinante, incluso cuando muchos ya lo daban por acabado.
La final les espera, y con este espíritu, Portugal es un contendiente temible. Y una vez más, el mundo del fútbol se rinde ante la leyenda de Cristiano Ronaldo, un jugador que, con cada proeza, reafirma su lugar inmortal en la historia del deporte.